Cuando hablamos de custodia de hijos tras una separación, es fácil pensar que si uno de los progenitores ha sido condenado por violencia de género, automáticamente perderá la posibilidad de cuidar de sus hijos. Sin embargo, la realidad jurídica es más compleja, y el interés superior del menor es el factor clave que los tribunales valoran en cada caso.

En una reciente sentencia, el Tribunal Supremo ha confirmado la custodia paterna, a pesar de que el padre tenía una condena previa por violencia de género. La madre había solicitado la custodia exclusiva alegando este antecedente, pero los jueces consideraron que los menores, en la práctica, estaban mejor cuidados y más estables con su padre.

¿Por qué se ha tomado esta decisión?
Los informes psicológicos y sociales indicaban que el entorno del padre era más estable.
Los propios hijos manifestaron su deseo de seguir viviendo con su padre.
La madre presentaba dificultades para garantizar el bienestar de los niños, según las pruebas aportadas en el juicio.

El Tribunal Supremo ha dejado claro que una condena por violencia de género no es, por sí sola, motivo suficiente para retirar la custodia. Cada caso debe analizarse individualmente, y la prioridad siempre será el bienestar y el desarrollo emocional de los niños.

Esta decisión puede generar debate: ¿Es justo que un padre con antecedentes de violencia tenga la custodia? La respuesta no es sencilla, pero lo que sí es claro es que lo más importante no es castigar al progenitor, sino garantizar que los hijos crezcan en el ambiente más adecuado para ellos.